¿Qué hacer en Malta? Las 10 visitas imprescindibles

El Laguna Azul de Comino, más comúnmente conocido como Blue Lagoon, es sin duda una parada obligatoria para cualquier viajero que desee visitar Malta y descubrir el archipiélago.

El Lagoon, conocido oficialmente como estrecho de Fliegu, separa la isla Comino del peñón de Kemmunnette (Cominoto). Es famoso por sus aguas cristalinas que le dan un aire caribeño. El Blue Lagoon está bordeado por dos pequeñas playas de arena blanca, entre las más bellas playas de Malta, por su entorno excepcional, pero ten en cuenta que los lugares son limitados.

Para los más aventureros, es posible dar la vuelta a la isla (aproximadamente dos horas de caminata). Podrás descubrir entonces el Crystal Lagoon (mucho menos turístico), la Torre de Santa María, la batería de Santa María y un hospital abandonado que data de la época napoleónica. Una pintoresca caminata que te garantizará una experiencia inolvidable.

Descubrir La Valeta es una visita que no debe perderse si te encuentras en el archipiélago maltés. La capital de Malta, antigua capital europea de la cultura en 2018, es un lugar único, clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que alberga tesoros históricos.

Visitar La Valeta es como visitar un museo al aire libre, ya que la historia ha marcado cada edificio. Pasear por las murallas, perderse en sus estrechas calles o descubrir los misterios de las posadas, sea cual sea tu deseo como viajero, la visita a La Valeta nunca deja indiferente. Durante tu paso por la ciudad fortificada, no olvides visitar los 3 lugares imprescindibles de La Valeta.

La Blue Grotto, literalmente la Gruta Azul, es una curiosidad geológica y una de las atracciones turísticas más populares de la isla. Situada en is-Zurrieq, el sitio sufre un poco de su éxito con una afluencia diaria de visitantes, pero es imprescindible en un primer viaje a Malta.

Embárquese en una pequeña embarcación tradicional y recorra los acantilados de piedra caliza para descubrir una gruta marina de 43 metros de longitud y su agua turquesa. Este sitio único con su agua translúcida permite ver el fondo marino situado a varias decenas de metros de profundidad.

Visitar Malta pasa inevitablemente por la visita de L-Imdina. Mdina es la antigua capital de Malta, ahora apodada la ciudad silenciosa, una ciudad fortificada que cuenta con solo 300 residentes y donde el tiempo parece haberse detenido.

Mdina es una invitación a la lentitud, así que tómate tu tiempo para desorientarte paseando por las calles de la antigua ciudad. Aprovecha para visitar la Catedral de San Pablo y si te apetece algo dulce, ve a degustar uno de los mejores postres de la isla en Fontanella Tea Garden y disfruta de su vista panorámica del interior de la isla.

Cerca de Mdina, también puedes prolongar tu parada visitando la ciudad vecina de Rabat, que alberga, entre otras cosas, las catacumbas de San Pablo y Santa Ágata.

Las Tres Ciudades comprenden las ciudades maltesas de Senglea, Cospicua y Vittoriosa, y se enfrentan a La Valeta. Tres ciudades que te harán descubrir una Malta más auténtica.

Fueron construidas como una pequeña fortaleza durante la época de la Orden de Malta y las grandes batallas marítimas. Las murallas y fortificaciones llevan consigo la memoria del gran asedio que tuvo lugar en el Gran Puerto. Las Tres Ciudades también ofrecen vistas espectaculares; paisajes bucólicos te esperan al final del día, acercándote al atardecer.

¿Sabías que Malta es famosa por sus templos megalíticos? Un aspecto a menudo desconocido para los viajeros que descubren Malta por primera vez. Malta tiene varios sitios con miles de años de antigüedad que no tienen nada que envidiar a los famosos sitios de Carnac o Stonehenge.

El sitio más famoso de Malta es el de Ħaġar Qim, un templo neolítico inscrito en el Patrimonio de la Humanidad que data de hace 3600 años antes de Cristo. Como muchos sitios megalíticos, el origen del templo sigue siendo incierto y, por lo tanto, está sujeto a muchas hipótesis. La exploración de los templos es una etapa fascinante en muchos aspectos que debes incluir en tu visita al archipiélago de Malta.

La Piscina de San Pedro es un clásico que cautiva a todos los viajeros de vacaciones en Malta. Un promontorio natural formado por rocas, donde es posible zambullirse en un mar cristalino.

El sitio está ubicado en Delimara (Marsaxlokk), no muy lejos del famoso pueblo de pescadores. Hay que caminar 500 metros por un camino empinado, pero vale la pena el esfuerzo. El lugar a veces es invadido por hordas de turistas durante el verano. A unos cien metros en dirección a “Remarkable Stones”, una pequeña cala ofrece un poco más de tranquilidad para nadar lejos de la multitud.

Las salinas de Marsalforn son una curiosidad arraigada en la tradición local de los habitantes de Gozo. Se encuentran en la costa norte de Gozo, en el sitio de la bahía de Qbajjar, salinas talladas en la roca hace más de 350 años.

Aprovecha la excursión para visitar también la bahía de “Qbajjar Bay”, ubicada en la extensión de las salinas. Un lugar ideal para nadar y practicar snorkel (buceo con máscara y tubo).

Durante mucho tiempo, Malta exhibió con orgullo la famosa Ventana Azul como uno de los símbolos de la isla. La Ventana Azul estaba presente en muchas obras cinematográficas, incluida la exitosa serie Juego de Tronos. Desafortunadamente, el arco natural se derrumbó en 2017, después de una violenta tormenta y las consecuencias de la erosión natural. El sitio original ya no tiene un interés real.

Afortunadamente, hay otro paisaje natural aún en pie: la Ventana de Wied il-Mielaħ. Un arco ubicado en Gharb, una curiosidad geológica para descubrir durante una caminata y que ofrece una vista impresionante.

Última parada para incluir en tu diario de viaje a Malta para una estancia exitosa: los acantilados de Ta’ Ċenċ o Ta’ Ċenċ Cliffs. Se encuentran en la parte sur de la isla de Gozo.

La vista desde la cima de los acantilados es impresionante y el escenario ideal para los amantes del senderismo en plena naturaleza. Dedica medio día para disfrutar de los alrededores.